28 de agosto de 2011

En el fondo, demasiado.


No se merece nada, no me merezco nada. No, no me merezco nada. Pégame, quiero saber sobre seguro que soy una mierdas. Que las lágrimas no arden ni se sienten de verdad si no hay dolor de por medio. Los ojos sin enfoque automático, en blanco, los recuerdos recopilados a modo de carrete de cámara, de esas cámaras antiguas que sólo son un armatoste más en el fondo del armario. Y sé, que a pesar de las buenas cosas… el tiempo me ha estado apretando el cuello bastante. Ahora es tarde, tarde para pensar en esto, tarde para plantarse frente al espejo y decir: ‘’Eh, estamos aquí’’. Pero sí, efectivamente es tarde, y no voy a luchar por ello, no se lo merece. No, no me lo merezco. Quizás algún día sea capaz de ser lo que me gustaría ser. No descarto la opción de mejorar, de mejorar en todo, de mejorar como persona… de mejorar hasta tal punto de mirarme al espejo y decirme ‘’Tú, tú vales mucho’’. Hasta tal punto de no tenerme asco. Quizás hasta tal punto de que sepa que ya es tarde…

Sloa.©

10 de agosto de 2011

Detalles




Me he dado cuenta de ciertas cosas en este tiempo, y me atrevería a afirmar que los pequeños detalles significan mucho según la persona. Detalles tan insignificantes como que siempre me siento en el lado derecho del coche o como que siempre se escuchan las mismas pistas del CD. Como que en verano anochece antes de las 22:00. Detalles como que las farolas vistas desde fuera de una ciudad están alineadas y colocadas con un orden envidiable. Detalles como el hecho de repetir una y otra vez aquel trozo de canción que te recuerda a ella. Como el saber que voy a fallar pero lo voy a volver a intentar por si acaso. Como el apostar por cosas que sólo tienen importancia para uno mismo, aunque sepas que no puedes hacerlo sobre seguro. Como que la vuelta a casa mirando a las zapas se ha convertido en una rutina agradable. Demasiados detalles ocultos en siluetas, en personas o en objetos... pero sobre todo, el detalle de saber que lo importante no se suele ver a simple vista.

Sloa.©

7 de agosto de 2011

No lo soy.


No me hace falta mirar el reloj para saber por donde están rondando más o menos las agujas. Su sonrisa me hacía ver que el tiempo no daba tregua y que se ponía en nuestra contra cada vez que pasaba algo especial. Algo especial... como si hubiese poco de eso. Puedo contemplar el silencio, sé que me susurra al oído que lo mantenga. Sólo se escuchan las teclas y el ventilador que hace rato que dejo de dar aire frío y se dedica a remover el aire caliente una y otra vez. Tras la ventana puedo ver como la nostalgia se esconde entre la luz de las farolas, la luz tenue que apenas alcanza estas cuatro paredes de talento malgastado. No necesito mucho más para darme cuenta de que la Luna ya no es lo que era, de que yo no soy lo que era.


Sloa.©

4 de agosto de 2011

Nostalgia



Cuántas veces habré pensando en que soy una Genio. Quizás esta obsesión por intentar ser alguien grande esté yendo demasiado lejos, aunque en el fondo sé que con ser grande para los míos me es suficiente. Esta angustia me está matando y para colmo no tengo tabaco. Tengo varias normas personales… la puerta siempre cerrada, que no se escapen las ideas y los sueños. Me he tirado demasiado tiempo pensando en cosas que sí que hacían daño… tiempo en el cuál me he dado cuenta que la nostalgia vale más o vale menos dependiendo de la persona que la pronuncie y la sienta. Y es que el silencio es mi mayor delito, estoy ardiendo por dentro cada noche que aparecen las dudas de si de verdad lo estoy haciendo bien o mal. No sé si me estoy volviendo loca o si ya venía así de fábrica. Ellos no saben de lo que hablan, sólo se limitan a decir las cosas como quieren escucharlas y no como en realidad las sienten. El caso es que me sobran experiencias de nostalgia.

Sloa.©