30 de enero de 2012

In the heart


Ya no dibujo corazones pensando en sus palabras, ya no dibujo corazones en folios soñando con que vuelva… ya no dibujo corazones. Aún recuerdo el calor de sus párpados refugiándome del frío del invierno, ese mismo frío que siento ahora y del que no puedo escapar tan fácilmente. Me encerré en una jaula en la que sólo existían su sonrisa y las formas exactas para hacer que saliese a todas horas. No le prestaba tanta atención a los colores anaranjados y rojizos de los amaneceres como ahora, o a la paz que crea el sonido de una gota de agua al caer en el asfalto. Sí… en el asfalto en el que tantas veces he caído y el cual me ha visto levantarme otras tantas. Tampoco me importaba si la Luna estaba llena todas las noches porque yo sí lo estaba. Pero un ‘’Siempre’’ nunca durará por muchas veces que lo repitamos con intenciones de convencernos. He aprendido que las personas que realmente son importantes no permanecen en la memoria, sino en el corazón. También he aprendido que siempre hay que luchar por uno mismo y que nadie va a llorar contigo con la misma intensidad con la que tú lo haces. Que la vida tarde o temprano te quita lo que te da y que lo mágico que hace que podamos soñar despiertos suele ser algo efímero.
¿Sabes? Yo sí conseguí volar con los pies pegados al suelo gracias a la confianza de sus labios y al compromiso de su mirada. Porque un ‘’Nosotros’’ no es algo que dure, pero el intentarlo siempre será eterno, como el sonido de las teclas de un piano o como las notas graves de un saxofón. Yo subí arriba para observar como todo se quedaba pequeño a cada paso que dábamos con las manos entrelazadas. Arriba, donde sólo importaba la impotencia de ver pasar el tiempo rápido frente a mis ojos. Pero ahora estoy abajo, odiándome a momentos y recordándome todo aquello que hicimos mal para que yo acabara así. Porque la nostalgia crea impotencia, la impotencia crea angustia y la angustia te lleva a un estado de locura momentáneo. Todos podemos ser felices a nuestra forma, pero el problema viene de no saber lo que es exactamente la felicidad sin el refugio de sus ojos.
¿Sabes? Hace tiempo que no me levanto sonriendo. Por favor, mira las estrellas, sé que tú también echas de menos cosas y que tú también me echaste de menos en su momento, como yo a ti. Antes mataba por los labios que me hacían feliz, pero ahora mato por los labios que me quiten la nostalgia.



Fotografía: Cris Medina.

Sloa.

7 de enero de 2012

Grabado a fuego


Sé quién fui y quién fuiste cuando te tenía a mi lado, pero me parece penoso no saber quién soy ahora. Porque ya sé que somos de mundos diferentes. Yo necesito mis cigarrillos, mi música y mis tonterías diarias, pero tú… ¿Tú qué necesitas? Ni siquiera lo sé… ni siquiera tú lo sabes. Ya sabes que te encadenaría a mis sentimientos y tiraría las llaves en medio del Océano Atlántico… lástima que lo hiciera, sí, pero a mis recuerdos. Acomodarse en corazones ajenos para desordenar todo no está bien visto por la mayoría, pero tú, con esa sonrisa inocente viniste a inundar mi equilibrio de un kaos, un kaos del cual yo era consciente y permití. Ahora sabes que todo terminó y es triste, triste si nos paramos a recordar cada vez que respiramos con los ojos cerrados pensando que sería eterno. Yo al menos sí lo pensé. Todo fue tan real, tan detallado y con tanta nitidez…
-Nuestra relación no existía.- me dijo.
-Yo sé que sí existió. Y tú también, aunque de una manera u otra en el fondo duela.- le contesté.
Por qué le iba a doler, claro. Está grabado a fuego.