7 de enero de 2012

Grabado a fuego


Sé quién fui y quién fuiste cuando te tenía a mi lado, pero me parece penoso no saber quién soy ahora. Porque ya sé que somos de mundos diferentes. Yo necesito mis cigarrillos, mi música y mis tonterías diarias, pero tú… ¿Tú qué necesitas? Ni siquiera lo sé… ni siquiera tú lo sabes. Ya sabes que te encadenaría a mis sentimientos y tiraría las llaves en medio del Océano Atlántico… lástima que lo hiciera, sí, pero a mis recuerdos. Acomodarse en corazones ajenos para desordenar todo no está bien visto por la mayoría, pero tú, con esa sonrisa inocente viniste a inundar mi equilibrio de un kaos, un kaos del cual yo era consciente y permití. Ahora sabes que todo terminó y es triste, triste si nos paramos a recordar cada vez que respiramos con los ojos cerrados pensando que sería eterno. Yo al menos sí lo pensé. Todo fue tan real, tan detallado y con tanta nitidez…
-Nuestra relación no existía.- me dijo.
-Yo sé que sí existió. Y tú también, aunque de una manera u otra en el fondo duela.- le contesté.
Por qué le iba a doler, claro. Está grabado a fuego.

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