14 de febrero de 2013

Con intenciones de.




Y es que, meter el cuello en ese soga accidentalmente sería una buena excusa de no ser porque te dejé una carta de suicidio escrita con mi propia letra.
Dime tú de qué me sirve si cada vez que intento llamarte mi conciencia me lo impide a base de hacerme recordar.
Hace tiempo que no bailas encima de mis pies, y para cuando vuelvas a querer hacerlo ya estarán demasiado pisoteados por cualquier persona que me haya ofrecido al menos la mitad de equilibrio del que me diste tú.
Porque nunca pude darte el cielo, lo sé, pero recuerda que nadie tuve el valor de planteárselo.

A veces es triste saber que la única persona que puede comprenderme es la chica de la sonrisa rota que se sienta en la parte trasera del bus.
A veces es triste pensar que lo único bueno que puedo sacar de la soledad es el verle el atractivo al eco que retumba en mi abismo con intenciones de romperlo.

Sloa.

6 de febrero de 2013

El problema de la Sociedad

El principal problema de la Sociedad es nosotros mismos.


Así, haciendo un pequeño guiño al artículo '¿Quién es el público y dónde se encuentra?' y basando varias ideas de mi previa lectura de éste, una persona puede hacer lo que le plazca sin miedo al rechazo, puesto que siempre existirá algún público encargado de aplaudir su 'trabajo' (por llamarlo de alguna manera, ya que el concepto 'trabajo' requiere esfuerzo, vocación y sacrificio tras él), ya esté realizado de manera tan correcta que se merezca el aplauso de públicos externos o de manera tan errónea que merezca que su propio público abra los ojos ante su tal fallido 'trabajo'.

El problema es, en resumen, la falta de sacrificio al realizar el 'trabajo' que se tiene en mente, porque hay que tener en cuenta que realizándolo de esta manera tan poco profesional, va a influir en un público diferente al de la voz de uno mismo de una forma desastrosa y descoordinada de talento y esfuerzo.

Con esto me refiero a que es necesaria la recapacitación y la separación de lo que se hace de manera vulgar, sin ganas y sin referencias a lo que se hace de una manera más preparada y sentida, con el único fin de poder considerar lo hecho como un trabajo (en el sentido literal de la palabra) y que sea digno de ser presentado a públicos ajenos al de uno mismo con el convencimiento de llamar la atención de estos.

Definitivamente, la expresión 'Por amor al arte' está desapareciendo, dado que se intentan hacer 'trabajos' sin sacrificio y de manera forzada, simplemente por el mero hecho de hacerlos, ya estén bien realizados o no (porque al fin y al cabo siempre tendrán un público aplaudiéndolos).