24 de diciembre de 2012

Dime qué hago



Eh, por cierto, ¿qué tal te va?
A mí de pena y cada vez se me abren más las heridas.

¿Qué por qué no se me cierran? Ay, ya me gustaría...
pero mirando hacia atrás a todas horas la verdad es que me cuesta.

Oye... pero tampoco te lo tomes así, hombre,
si no cicatrizo es por culpa de recordar sabiendo que escuece.

Parece ser que hoy tampoco apareces con dos viajes
para perdernos en cualquier parte de Madrid sin llevar los relojes.

Y 'que me beses' dije, pero no lo hiciste,
a veces duele que no te duela lo que intento que te duela, ¿sabes?

Hablando de amor... ¿me odias demasiado?
tampoco fue para tanto porque la culpa nos la repartimos.

Dime qué hago, ojazos tristes,
si me mato o lo escribo hasta que recapacites.

Y no sabe vivir sola porque le dí todo lo que necesitaba,
y no sabe vivir en compañía porque se acostumbró sólo a mis palabras.

Sólo te pido que me abras el pecho a canal,
y que veas que las mentiras permanecen, esperando a devolverlas
(claro... que sin perdonar).

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Sloa.

7 de diciembre de 2012

Hablando sola


Humo. Todo era humo entre sus labios. Desde las palabras que soltaba por seguridad a los besos que se reservaba por miedo. Pisaba y todo se volvía frío, porque desde que agrietaron su corazón decidió congelar cualquier tipo de circunstancia que pudiera volver a romperla, y era tan frágil...
El tiempo no le daba tregua pero tampoco le importaba, porque perdió el reloj aposta para mostrar que era más fuerte que el 'Todolocura' que le miraba de reojo.
Quería ser Lobo. Solitaria, sin necesidad de más personas que le dictasen por dónde ir. Le gustaba ver cómo la Luna se reflejaba en las pupilas de esa fotografía, tan vieja y tan nueva a la vez...
Es como si los segundos hubieran pasado al margen de la atmósfera en la que vive. Su mundo ya no es tan resistente como antes, se va resquebrajando como el hielo en el que bailas cada vez que visitas mi pecho.
Remueve el café con los dedos, intentando encontrar en los posos del fondo de la taza el significado que quiere darle a su vida, pero termina hablando sola de madrugada sin saber lo que quiere, a lo que aspira y por qué sonríe.

@Sloamadriz
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Sloa.

16 de noviembre de 2012

Está esperando


Siempre se sienta en el banco de siempre, a la hora de siempre, con las intenciones de siempre. Sus auriculares son la mejor manera que tiene de pasar las tardes neutralizando sus pensamientos destructivos con las melodías de piano que va escuchando del tirón. El líquido de la lata que toma está tan caliente que incluso le parece una clara salvación para su frío corazón. Mira tanto el reloj que incluso éste se siente halagado al recibir tanta atención por parte de unos ojos tan bonitos y a la vez tan rotos.
Ya no sabe si seguir observando el movimiento de las nubes por el cielo que apuntan sobre su nuca o si buscar respuestas en cada atajo que coge a la hora de querer subir a ese banco. Es curioso que las palabras que puso en él le parecieran lo más especial y frágil que tenía y que ahora, sin embargo, se dedique a tacharlas como si nunca hubiera sangrado a la hora de escribirlas. Se desespera tanto que no sabe si seguir subiendo al banco o arrancarlo para no tener excusa de recordar en él todo lo que le está matando por dentro en silencio.
Simplemente está esperando.

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Sloa.

4 de noviembre de 2012

A saber



Besé el miedo cuando estaba a punto de desbocarse por mis manos temblorosas y frías. Desde la ventana podía notar como a mis espaldas la nostalgia inundaba cada rincón de la habitación, exactamente igual que tu olor cada vez que entrabas a ella. Nunca te enseñaron que a las teclas del piano no hay que aporrearlas, sino comprenderlas. Mis recuerdos buscan un refugio eficaz antes de que llegue el Diciembre que los queme. Pero lo que no se sabe es que están fenixiados, vuelven a reaparecer cada vez que los hago cenizas. Y quizá no fuimos todo lo que nos hubiera gustado ser, pero al menos soñamos que luchábamos por nosotros mismos.
Y es que, a estas alturas, nunca vi odiar con tanta dulzura ni amar con tanto despotismo, a pesar de que sólo era una coraza en la que poder refugiar los complejos que nunca fui capaz de mostrar pero siempre tuve. No me llames si sabes que mis labios están silenciados para los tuyos. No me digas que chille sabiendo que mis ojos han visto un mundo diferente al que has visto tú.
Te aseguro que no sonreirías si vieras la culpa que aplasta nuestras espaldas mientras baila encima de estos omoplatos. Tanto amor sólo servía para poder encontrarnos con el tiempo y decir 'Esa cara me resulta familiar' de manera que camufle nuestro 'Esa cara me jodió la vida'. La conciencia está exprimiendo cada parte de nuestra cabeza con intenciones de sacar aquellas respuestas que nunca supe dar porque simplemente nunca tuve.
Y yo soy yo, pero tú a saber qué eres en estos momentos.

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Sloa.

31 de agosto de 2012

Amanece


Escribir hasta que el cuerpo aguante, hasta dejar de conocerme, tanto que no recuerde ni mi nombre ni lo que fuiste.
Las verdades a la cara duelen, como saber que te quiere pero que nada es como antes.
Sólo quiero que me cures las heridas con sonrisas o la boca, que te olvides de mis malos días y mis noches entre estrellas, que no sepas a lo que aspiras para no ponerte un límite y que sueñes que estoy dentro de tus ojos e ilusiones.
Que no te olvides, que no pares de sonreír y recordar momentos, que no te controle el tiempo y aprendas a valorar lo que te importa (lo que nos importó).
Nos rompió lo mismo aunque de distinta manera, ya no sonrío al recordarte y tú... tú apenas recuerdas.
El techo sabe todos mis problemas, pero nunca ayuda y sus ojos han visto más que cualquiera, pero no dicen nada.
Las personas no cambian, sólo lo hace lo que las rodea, las heridas no se curan con alcohol, sólo hay que sacar la nostalgia.
Quemar mis letras, arder con tus pupilas, y ver amanecer de nuevo a través de la ventana.

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Sloa.

27 de junio de 2012

Empecemos de Cero



A medida que pasa el tiempo, nos damos cuenta de que el mundo no cambia y que sólo cambiamos las personas. Cada una de nosotras tenemos nuestro propio punto de vista de todo lo que nos rodea. Y ahí es cuando apareces tú, con tus ojos color 'Me gusta que me sonrías', dispuestos a cambiar mi manera de ver el mundo.
Y que no te preocupes si no sabes qué camino escoger. Tú súbete a mis pies y bailemos al mismo ritmo. Compartamos más que una vida: compartamos un sentimiento. Y sé, que las personas felices son las mismas personas que supieron aprender de sus errores y rectificaron en su momento. Eh, que yo también sé bailar sin necesidad de subirme a los pies de nadie, pero resulta más reconfortante saber que el ritmo es marcado por ti y por mí. El tiempo nos consume de tal manera que no nos damos cuenta de que los mejores momentos sólo se viven una vez en la vida, y que las emociones tan sólo son pasajeras por mucho que nos duela.
Estoy rompiendo mi vida, al igual que las zapatillas.
Por cierto, se me olvidó decirte que se me olvidaron los pasos de baile. Empecemos de Cero.


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Sloa.

7 de junio de 2012

Sonrisas de pega




Tiempo, tiempo es lo que me falta. Me falta el tiempo que empleé en buscar cambios que ni siquiera se plantearon. Cerré la puerta por fuera, porque lo que había dentro me aterraba, pero se me olvidó que por dentro también existía cerradura, y que todo aquello saldría tarde o temprano. Mira el cielo, ¿acaso es más grande que lo que sentimos? Ni tu mundo ni mi mundo son lo suficientemente grandes como para hacer que no nos soñemos.
Mis pies no están hechos a una medida exacta para calzar tu vida. No sé por qué nos empeñamos en dejarlo estar, si con sólo tus ojos seríamos capaces de controlar aquello que fuese movido por el corazón.
Y puedo pararme a notar como el mundo gira, mirando las nubes y el reloj de mi muñeca, mientras sigo perdiendo el tiempo a pesar de todo.
En verdad, no sé porque hay tanta diferencia entre tus sueños y mis sueños, si al final y al cabo soñamos lo mismo. Supongo que tus ojos no están hechos para soportar mis decepciones. Tan sólo somos todos sonrisas de pega.


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Sloa.

13 de mayo de 2012

Promesas emocionales


Tus ojos son incluso más perfectos que el mundo que habitamos. Tus ojos son perfectamente redondos, sin embargo el mundo está achatado por los polos. Y es que me choco contra los hielos de mi cubata si no los deshaces antes con la mirada. Tampoco me diferencio tanto de ellos porque yo también me deshago, aunque luego consiga volver a reconstruirme a partir de palabras y promesas emocionales.
Mírame, el reloj me está apretando el cuello y amenaza con dispararme. No le tengo miedo a él, sino a los problemas que trae consigo cada vez que entablamos conversación. Estoy harta de aparentar que la sonrisa está entera, mientras que por la parte de atrás sólo hay rotos y descosidos que si te fijas, no se ven a simple vista.
Sus ojos me están enfocando como si del objetivo de una cámara 'Réflex' se tratasen. Pero ahí estoy yo, para decirme a mí misma que las cosas malas no cambian nunca, pero que tampoco suelen ir a peor.

'Joder Andrea, estás loca' me dijo, y qué razón tenía.


Sloa.

17 de abril de 2012

¿Qué te pensabas?


Mírame, los nervios me pasan mala factura en momentos decisivos. Pero yo vivo así, a deshora y sonriendo cuando sólo debería de haber lágrimas. ¿Sabes? Te llevaría al mejor hotel de Manhattan... no, a la mejor suite del mejor hotel de Manhattan, y que allí nos ofrecieran una botella de Champagne bien fría, para poder tomárnosla mientras nos conocemos a través de miradas. Sentada en una silla al lado de la televisión, puedo apreciar el color anaranjado que se cuela por la ventana proveniente de las farolas de la acera de enfrente. Tumbada en la cama puedo apreciar la luz blanca de la Luna que se cuela por ese pequeño ventanal situado encima de aquella lámpara. Pero... ¿sabes? Me pone de los nervios. Se cree que todo tiene que ser cuando ella quiera y que los mejores momentos que pasaré allí serán gracias a su ayuda. Se piensa que porque falle continuamente voy a seguir dándole oportunidades, porque sin ella no podría vivir encerrada en aquella habitación. Hay tantas historias sobre su vida... una llegó a mis oídos, que trataba de que la gente era feliz a su lado porque les daba todo lo que querían. Pero tú y yo sabemos que lo bueno acaba pronto por mucho que nos duela. También me llegaron rumores de que por las noches no era la misma que por las mañanas, como que se entristecía, ya sabes. Pero prefiero mantener todo tal y como está y no enterarme de más cosas.
Oye, no me mires así. ¡Claro que estoy hablando de aquella lámpara! ¿Qué te pensabas?.

''Que Andrea es la que vive, Sloa la que reflexiona''


Sloa.

28 de marzo de 2012

Todo va a salir bien


Solía recorrerse cada sábado de arriba abajo la calle de la casa dónde vivía, aún sabiendo que había salido. Se sentaba al final de la barra del bar sola, sin mirar a nadie y se limitaba a remover los hielos de aquella copa de Hendricks con su dedo índice mientras pensaba en tercera persona. Sí, con el mismo dedo con el que dibujó en su espalda planes de futuro los cuáles nunca se llegaron a desarrollar. Se tumbaba en el césped donde rieron por última vez mientras miraba hacia las nubes pensando que a lo mejor podría haber sido eterno. Recordaba como sus labios tuvieron la osadía de besar y rechazar el cielo mientras decía ‘Mi cielo está abajo, a su lado’. Se le aceleraba el corazón cada vez que cruzaban miradas y se limitaba a soñar con los ojos abiertos cada vez que hablaban de recordar. Sentirla era su pasatiempo preferido en los días que más necesitaba una sonrisa y un ‘Todo va a salir bien’. Pero nada salía bien, nada iba bien a pesar de todo.
Solía relacionar todo lo que le rodeaba con su figura. Sus manos la echan de menos, incluso su almohada la echa de menos. Renunció a varias oportunidades que le hubieran hecho también sonreír, pero ella estaba obsesionada con sonreír solamente de la manera en la que le hacía sonreír su amor. No sabe qué día fue el último, ni la hora exacta a la que sus labios se sellaron para terminar con todo. Ni siquiera sabe dónde aprendió a sonreír por fuera mientras estaba rota por dentro. Su problema fue que nadie le dijo que levantarse tras caerse es más digno que arrastrarse para intentar conseguirlo.
Pero después de todo, el mundo sigue girando aunque no esté a su lado y lo sabe, a pesar de que intente girarlo al revés para poder recuperar todo aquello.

Foto: Eva Blanco.


Sloa.

20 de marzo de 2012

Ojeras


Hace tiempo aprendí que quejarme de las ojeras no iba a hacer que desaparecieran. También aprendí que todo lo aparentemente grande tiene detrás un gran esfuerzo. Porque ni siquiera las torres más altas de Madrid se han construido solas. Yo sé que tú también tienes ojeras, y que le hacen sombra a tu mirada, a esa maldita mirada que sabe atraparme y no dejarme marchar en momentos decisivos.
A veces miro al pasado y me río por no poder cambiarlo. ¿Sabes? las llagas de los nudillos explicaban más cosas de las que creías. Sabías de sobra que el mundo no giraba en torno a ti, pero yo te hacía creer lo contrario para que fueras feliz mientras durase todo aquéllo. Creo que lo de chillar en silencio duele casi tanto como recordarte y saber que no te tengo cerca, a pesar de que me sonrías muy a menudo. Yo solía mirar el segundero rogándole que me prestara más tiempo para poder sentirte, pero me he dado cuenta de que el tiempo ni cura ni ayuda, sino que sólo agobia. Dame calor en tardes de manos congeladas y nariz roja. Dame confianza en noches tensas de ojos rojos.
Tanta montaña rusa me está mareando, pero yo sigo sin bajarme, porque sé que si lo hago voy a acabar arrepintiéndome.


Sloa.

10 de marzo de 2012

Lo sabemos.


Escribiría en pentagramas el sonido de su voz y de su cuerpo en contacto con la luz de mi flexo a altas horas de la madrugada. Viajaría no cientos, sino miles de kilómetros por encontrarte… no, mejor por encontrarme a mí. Me perdí hace tiempo, y créeme que lo volvería a hacer, aunque suene pesimista. Perderme para intentar encontrarme... incluso suena algo irónico. Sabes que te compraría el tiempo, pero lo malgastarías en hacer promesas para después poder romperlas. También eres consciente de que te compraría el cielo de madrugada, aunque no hace falta, porque sabes de sobra que tú brillas más que cualquiera de las estrellas que están en él, a pesar de que no te lo diga muy a menudo. Sabes que construiría mi sonrisa a partir de la tuya, pero sería inútil porque incluso la persona más feliz deja de sonreír en algún momento del día. Y es que no tengo demasiadas cosas que decirte, porque tú lo sabes. Yo lo sé. Lo sabemos.

Foto: Eva Blanco.


Sloa.

27 de febrero de 2012

Para quien tú quieras


Todo es más complejo de lo que ves, ¿no te das cuenta?. Es como dejarlo todo por unos simples planes de futuro mal hechos. Como tensar la cuerda pensando que jamás se va a romper, aún sabiendo que se romperá tarde o temprano. Es como utilizar palabras que hacen daño, y que sabes por experiencia que tienen efecto boomerang y vuelven a ti con el doble de dolor. Es como caminar pisando las zonas desquebrajadas de un río helado, observando como poco a poco se va desquebrajando más y más hasta llegar al punto de romperse. Somos como fichas de dominó en cadena: si te empujo vas a caer y lo sabes de sobra. Soy como la pieza perdida de aquel puzzle al que tanto tiempo le has dedicado y la cuál no va a aparecer por ahora. Los mecanismos que llevas por dentro vinieron defectuosos de fábrica, así que no intentes echarme la culpa de que te fallen a la mínima. Me he caído tantas veces que el asfalto me resulta reconfortable. ¿Sabes? No existe un pegamento lo suficientemente fuerte como para pegar los sueños rotos. Tú limítate a rozar tus labios con mi arrogancia y parte el cielo en dos: una mitad es tuya y la otra para quien tú quieras.

@Sloamadriz.

Sloa.

18 de febrero de 2012

A patadas.


Saben a lo que me refiero cuando hablo de la rabia. La tengo incrustada en las pupilas, pueden notarla cuando les miro fijamente. El sonido es eterno, como el frío después de que se acabaran las sonrisas. Como los graves de un saxo justo antes de que salga el Sol, o como las huellas que dejó tras haber destrozado todo. Todo va mal, todo va mal si no lo escribo con intenciones de que mejore. Pero no, nada en este mundo mejora sin hacer nada porque mejore. Y así va el rollo, tú te caes y yo me caigo. Tú sonríes y yo sonrío. Tú te vas y yo sigo sonriendo porque no me queda otra. He aprendido que siempre hay que luchar por uno mismo, porque nadie va a luchar por lo tuyo, y mucho menos por tus problemas. Porque si de verdad tienes problemas no te dedicas a ir contándolos, porque no son cosas de las cuales estés orgulloso.
Y es que tú no ves el mundo girar, sabes que está girando. No ves como cambia, ves las consecuencias de sus cambios. Y respecto a otras cosas... todo es más difícil desde que te marchaste. Pero, ¿sabes? si se nos cae el cielo a los pies a patadas lo levantamos.

Sloa.

5 de febrero de 2012

Apagar en caso de nostalgia


Puedo notar el frío de la calle, las puertas de los coches abriéndose y cerrándose en un corto periodo de tiempo. Puedo escuchar el sonido de los neumáticos en contacto con la carretera y notar los faros alumbrando, haciéndole competencia a las farolas. Pero no, ya no se escucha nada excepto el golpear de mis dedos contra la pantalla. Silencio… sólo existe silencio. No puedo dejar de pensarlo. Aún tengo el sonido de sus tacones metido en la cabeza, al igual que su manera de sonreírle a mis malas de decir las cosas.
Recuerdo haberle dado más de uno y de dos disgustos, también haberme metido en mierdas y haber cambiado a peor. Yo, que mentí, me superé en todo lo malo, hice que se alejara y volví a querer cerca su calor. Yo, que pensé en psicólogos en más de una ocasión, pero por suerte todo lo que escribo me salvó de aquello. Yo, que he llegado a pensar en ti antes que en mi propio bienestar… Pero las cosas cambian. Déjame que aprenda a volar entre tus sábanas hasta que amanezca y el Sol nos avise que es hora de acostarnos. Vivir al revés que todo el mundo puede llegar a ser agotador si te lo tomas en serio. No te imaginas las noches que me he pasado en vela pensándote, sonriéndote y teniéndote en mi cabeza mientras tú dormías y soñabas con cualquier cosa que no tuviera que ver conmigo. Mírame, no soy lo que quiero ser y en el fondo me duele tener que admitirlo. Nadie es lo que parece, y tú sabes por experiencia que la fachada de una persona suele ser lo contrario a su interior.
Me gustaría que te pararas a leerme algún día y pudieras notar en cada frase que he cambiado, o que al menos lo estoy intentando. El sangrar en las canciones o el llorar en estos párrafos me compensa el haber gritado en silencio tantas madrugadas por ti. Sé que te da igual el dónde y el por qué, con tal de estar con la persona a la que quieres. Los lunes no eran tan malos porque matabas las malas formas de empezar la semana con el primer beso de la tarde. Y es que sé que en el fondo me echaste de menos, y yo echo de menos que me echaras de menos, pero era imposible alargarlo más. Lo nuestro fue un bucle sin fin. A pesar de eso y del daño, sigo sintiendo lástima porque acabara cada vez que veo las fotos en las que sonreíamos felicidad. Yo respiraba sobre tus labios, tú te limitabas a hacerme sentir de manera que me distrajera de todo mi alrededor. Al menos ahora sabemos por experiencia que nada dura para siempre, aunque te empeñes en lo contrario. Pero, ¿sabes la diferencia? Esto está escrito desde el corazón, apenas hay rastro de angustia. Es un progreso, lo sé.
Dale al interruptor. ¿Qué a cuál? Al que dice ‘’Apagar en caso de nostalgia’’.

Foto: Nacho Sizle.

Sloa.

30 de enero de 2012

In the heart


Ya no dibujo corazones pensando en sus palabras, ya no dibujo corazones en folios soñando con que vuelva… ya no dibujo corazones. Aún recuerdo el calor de sus párpados refugiándome del frío del invierno, ese mismo frío que siento ahora y del que no puedo escapar tan fácilmente. Me encerré en una jaula en la que sólo existían su sonrisa y las formas exactas para hacer que saliese a todas horas. No le prestaba tanta atención a los colores anaranjados y rojizos de los amaneceres como ahora, o a la paz que crea el sonido de una gota de agua al caer en el asfalto. Sí… en el asfalto en el que tantas veces he caído y el cual me ha visto levantarme otras tantas. Tampoco me importaba si la Luna estaba llena todas las noches porque yo sí lo estaba. Pero un ‘’Siempre’’ nunca durará por muchas veces que lo repitamos con intenciones de convencernos. He aprendido que las personas que realmente son importantes no permanecen en la memoria, sino en el corazón. También he aprendido que siempre hay que luchar por uno mismo y que nadie va a llorar contigo con la misma intensidad con la que tú lo haces. Que la vida tarde o temprano te quita lo que te da y que lo mágico que hace que podamos soñar despiertos suele ser algo efímero.
¿Sabes? Yo sí conseguí volar con los pies pegados al suelo gracias a la confianza de sus labios y al compromiso de su mirada. Porque un ‘’Nosotros’’ no es algo que dure, pero el intentarlo siempre será eterno, como el sonido de las teclas de un piano o como las notas graves de un saxofón. Yo subí arriba para observar como todo se quedaba pequeño a cada paso que dábamos con las manos entrelazadas. Arriba, donde sólo importaba la impotencia de ver pasar el tiempo rápido frente a mis ojos. Pero ahora estoy abajo, odiándome a momentos y recordándome todo aquello que hicimos mal para que yo acabara así. Porque la nostalgia crea impotencia, la impotencia crea angustia y la angustia te lleva a un estado de locura momentáneo. Todos podemos ser felices a nuestra forma, pero el problema viene de no saber lo que es exactamente la felicidad sin el refugio de sus ojos.
¿Sabes? Hace tiempo que no me levanto sonriendo. Por favor, mira las estrellas, sé que tú también echas de menos cosas y que tú también me echaste de menos en su momento, como yo a ti. Antes mataba por los labios que me hacían feliz, pero ahora mato por los labios que me quiten la nostalgia.



Fotografía: Cris Medina.

Sloa.

7 de enero de 2012

Grabado a fuego


Sé quién fui y quién fuiste cuando te tenía a mi lado, pero me parece penoso no saber quién soy ahora. Porque ya sé que somos de mundos diferentes. Yo necesito mis cigarrillos, mi música y mis tonterías diarias, pero tú… ¿Tú qué necesitas? Ni siquiera lo sé… ni siquiera tú lo sabes. Ya sabes que te encadenaría a mis sentimientos y tiraría las llaves en medio del Océano Atlántico… lástima que lo hiciera, sí, pero a mis recuerdos. Acomodarse en corazones ajenos para desordenar todo no está bien visto por la mayoría, pero tú, con esa sonrisa inocente viniste a inundar mi equilibrio de un kaos, un kaos del cual yo era consciente y permití. Ahora sabes que todo terminó y es triste, triste si nos paramos a recordar cada vez que respiramos con los ojos cerrados pensando que sería eterno. Yo al menos sí lo pensé. Todo fue tan real, tan detallado y con tanta nitidez…
-Nuestra relación no existía.- me dijo.
-Yo sé que sí existió. Y tú también, aunque de una manera u otra en el fondo duela.- le contesté.
Por qué le iba a doler, claro. Está grabado a fuego.