14 de febrero de 2013

Con intenciones de.




Y es que, meter el cuello en ese soga accidentalmente sería una buena excusa de no ser porque te dejé una carta de suicidio escrita con mi propia letra.
Dime tú de qué me sirve si cada vez que intento llamarte mi conciencia me lo impide a base de hacerme recordar.
Hace tiempo que no bailas encima de mis pies, y para cuando vuelvas a querer hacerlo ya estarán demasiado pisoteados por cualquier persona que me haya ofrecido al menos la mitad de equilibrio del que me diste tú.
Porque nunca pude darte el cielo, lo sé, pero recuerda que nadie tuve el valor de planteárselo.

A veces es triste saber que la única persona que puede comprenderme es la chica de la sonrisa rota que se sienta en la parte trasera del bus.
A veces es triste pensar que lo único bueno que puedo sacar de la soledad es el verle el atractivo al eco que retumba en mi abismo con intenciones de romperlo.

Sloa.

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