27 de septiembre de 2011

No, no, no...


El ambiente recargado, la luz del flexo iluminando lo necesario. Las cortinas entrelazadas con mis versos, las sábanas aún con el olor de su pelo. Su recuerdo frente a mis ojos y el mundo a mis espaldas. El cenicero a rebosar de cada colilla que tocaron sus labios. La caja de fotografías en lo alto del armario. Las experiencias con su parpadeo y el aprender a reconocer hasta el último lunar de su piel, hasta el diferenciar sus suspiros. Su canción favorita sonando en el tocadiscos, su vestido de Dior colgado de cualquier manera en el respaldo de mi silla y su pintalabios rojo gastado por la mampara. Pero no un rojo cualquiera, no... de esos es muy fácil encontrar uno en cualquier tienda. Me refiero a un rojo específico, a un rojo pasión de película, a un rojo... que incluso su olor me recuerda a la felicidad que habitó durante meses en sus labios.


Sloa.©

No hay comentarios:

Publicar un comentario