5 de marzo de 2013

Casi.


[Te juro que no firmo la carta si no empiezo a asumirlo.]

No sé si prefería mejor el vacío.

-Toda soga está enamorada de un cuello despistado.
-Todo amor está enamorado de un corazón insensible.

Lo mío con el silencio es un amor «imposible».

Prefiero callar antes que gritar, que gritar y más tarde tener que callar el doble.
Mucho amor por unos ojos claros que puedan comprendernos, pero a todos nos han roto unos ojos marrones, ¿eh?

Mi prototipo de soga es aquélla que lleve tu nombre.

¿Qué vas a decirle a tus hijos cuándo se enteren de que la persona que les cuida no es la que querrías para ellos?

"Dime que me quieres, que me gusta." pero más me gusta a mí no decirlo y dejar de romper todo.

"Es irónico que alguien como tú lleve un colgante como ése." También es irónico volver a escribir por la misma persona por la que decidí no hacerlo.

Hay cordilleras de icebergs por tu cintura esperando que las derrita.
Ya no sé si tengo el corazón demasiado machacado o es que no me cabe en el pecho.

-¿Qué pasa, que si todos tus amigos se tiran por un puente, tú lo haces?
-No, pero si se tira ella...

No es una carta de suicidio, pero casi.

Andrea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario